Al igual que Raquel considero que los espacios se crean, conviertiendolos en mágicos en la medida que nos vayamos contagiemos de los superpoderes de los niños y niñas, sin perder nuestra capacidad de asombro, enamorándonos de lo que hacemos y estando atentos de las necesidades, intereses, alegrías y tristezas de los estudiantes
Es valioso ver y sobre todo sentir el amor que inspiran los niños y niñas, la nataralidad con la que viven y ven el mundo debería ser algo para aprender por loa adultos que hemos perdido un poco de esa magía, pero por furtuna aun hay quienes nos maravillamos por esta, claro, siempre sin romantizar ni idealizar la practica docente pero difrutando cada momento de ella
Sin duda, en la educación, todos los días están llenos de magia. Magia para creer, para crear y transformar. Sigue llenando tu vida de maestra de magia para aprender, para enseñar y para construir sociedad.
Es maravilloso escuchar la voz de una maestra preocupada por educar con amor, de enseñar cosas maravillosas de manera creativa, de crear con amor experiencias significativas, por resignificar las voces desde las emociones, los sentimientos, las capacidades y las habilidades porque no es fácil ser niños o niñas. Es maravilloso concebir el espacio de trabajo como un ese donde se es llenada de amor, con los abrazos, con las risas, con los elogios, con los chistes, con las ocurrencias y con todo lo que implique la voz de un niño o de una niña. Es increíble que también consideres a tus compañeras, eso es único, si nos preocupamos por enseñar desde el compañerismo, desde el compartir y desde el aportar todos nuestros conocimientos a otras compañeras posibilita que cuidemos de los niños y de las niñas aún más y que el trabajo se sienta como si estuviéramos en el lugar más mágico del mundo.
Raquel, la magia de creer, la magia de dar, la magia de aprender...que bonito vivirlo.
ResponderEliminarAl igual que Raquel considero que los espacios se crean, conviertiendolos en mágicos en la medida que nos vayamos contagiemos de los superpoderes de los niños y niñas, sin perder nuestra capacidad de asombro, enamorándonos de lo que hacemos y estando atentos de las necesidades, intereses, alegrías y tristezas de los estudiantes
ResponderEliminarEs valioso ver y sobre todo sentir el amor que inspiran los niños y niñas, la nataralidad con la que viven y ven el mundo debería ser algo para aprender por loa adultos que hemos perdido un poco de esa magía, pero por furtuna aun hay quienes nos maravillamos por esta, claro, siempre sin romantizar ni idealizar la practica docente pero difrutando cada momento de ella
ResponderEliminarSin duda, en la educación, todos los días están llenos de magia. Magia para creer, para crear y transformar.
ResponderEliminarSigue llenando tu vida de maestra de magia para aprender, para enseñar y para construir sociedad.
Es maravilloso escuchar la voz de una maestra preocupada por educar con amor, de enseñar cosas maravillosas de manera creativa, de crear con amor experiencias significativas, por resignificar las voces desde las emociones, los sentimientos, las capacidades y las habilidades porque no es fácil ser niños o niñas. Es maravilloso concebir el espacio de trabajo como un ese donde se es llenada de amor, con los abrazos, con las risas, con los elogios, con los chistes, con las ocurrencias y con todo lo que implique la voz de un niño o de una niña. Es increíble que también consideres a tus compañeras, eso es único, si nos preocupamos por enseñar desde el compañerismo, desde el compartir y desde el aportar todos nuestros conocimientos a otras compañeras posibilita que cuidemos de los niños y de las niñas aún más y que el trabajo se sienta como si estuviéramos en el lugar más mágico del mundo.
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